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Historial del proyecto

Desde el año 2006, Favio Chávez, empezó a vincularse con la comunidad de Cateura en el marco de su trabajo como técnico ambiental. El proyecto desarrollado por el BID buscaba implementar un proceso de recolección selectiva para facilitar el trabajo de los recicladores “gancheros” que trabajan en el vertedero de Cateura en Asunción. Por otro lado, como Favio era también músico amateur desde muy temprano edad (tenía en este momento una escuela de música en Carapeguá), la música le permitió vincularse de una forma especial con los recicladores y pobladores de esta comunidad. Fue así que, cuando él trajo sus alumnos de Carapeguá para un pequeño acontecimiento en Cateura, los recicladores le pidieron la posibilidad que sus propios hijos también tengan esta oportunidad de aprender música. De manera particular, Favio Chávez comenzó entonces a quedarse unas horas extras en la comunidad para iniciar a los hijos de los recicladores en la música.

 

 

 

 

De 10 o 20 niños que iban, solo dos o tres tenían el interés real de aprender música; otros iban más bien para jugar o solamente para salir del ambiente de su casa: el riesgo de dar un instrumento a un niño que lo pudiera romper en un instante motivó el grupo a buscar alternativas. Por otro lado, confiar un instrumento formal a un niño, cuya casa podía tener un valor menor al del instrumento, era darle una responsabilidad grande innecesaria. Además de estos factores, el contexto de vida de la comunidad del Bañado Sur asentada al entorno del vertedero de Cateura implica que las basuras forman parte del cotidiano de los pobladores: fuente de trabajo, recursos, terreno, casas,... reciclar los desechos es parte inherente de la vida diaria de estas personas quienes, con el tiempo, desarrollaron conocimiento, competencias y creatividad. Entonces, por la convergencia de esta necesidad y de esta realidad, surgió naturalmente la idea de fabricar imitación de instrumentos musicales a partir de material reciclado. Es así que, conjuntamente con el ganchero Nicolás “Cola” Gómez, fueron creados los primeros violines probando la eficiencia y la practicidad de los materiales encontrados en el vertedero. A los violines, se sumaron violas, cellos, guitarras, contrabajos, y luego instrumentos de percusión. Con el tiempo, materiales, técnicas y procedimientos fueron desarrollados para optimizar estas imitaciones de instrumentos musicales cuales, hoy en día, funcionan casi como instrumentos formales. 

 

La historia de la Orquesta ha trascendido a finales del 2012 cuando salió a la luz el tráiler del documental “Landfill Harmonic” que expone la historia de esta agrupación musical y la de los niños y jóvenes que la integran. A partir de que el vídeo del tráiler: (http://www.youtube.com/watch?v=fXynrsrTKbI) de 3’28” se difundió por las redes sociales y sitios de importantes medio de comunicación de manera “viral”, el grupo ha llamado la atención de las personas en todas partes del mundo, incluyendo a reconocidas figuras de la música y la cultura. Desde ese momento el grupo, conformado por más de 40 niños y adolescentes, ha recibido invitaciones para visitar y presentarse en países como: Colombia, Brasil, Chile, Argentina, Panamá, Estados Unidos, Canadá, Noruega, Alemania, Francia, Holanda, Palestina, Japón y España. En todos estos países Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura ha dejado el mensaje de que “la cultura es una necesidad básica” y que la música en particular, es un medio que transforma a las personas, aunque la misma sea realizada en el nivel más básico y en las condiciones más precarias que uno se pueda imaginar: “no tener nada no es excusa para no hacer nada".

 

 

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